domingo, 27 de febrero de 2011

"Nos juntamos 100 en la puerta y paramos el desahucio". Afectados por la hipoteca de El Palmar (Murcia) han bloqueado ya tres desalojos en 7 meses

SOCIEDAD

Clase trabajadora


Un grupo de hogares, familias y solidarios ha logrado parar tres deshaucios en El Palmar, una pedanía murciana de 25.000 habitantes asolada por el desempleo y las deudas. Uno de sus integrantes cuenta la experiencia.

Como en muchas localidades españolas, las sucursales bancarias y los créditos fáciles se multiplicaron en la pedanía de El Palmar (Murcia) durante los años del ’boom’ del ladrillo. Hoy esta ciudad de 23.000 habitantes soporta un porcentaje de desempleo del 30% y los deshaucios amenazan a decenas de hogares.

El verano de 2010, un grupo de hogares y familias, junto con personas solidarias que les apoyan, crearon la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) de El Palmar. Aunque también participan hogares españoles, la mayoría de los amenazados de embargo son de origen extranjero ¿Cómo arranca un grupo tan variado para protestar contra un fenómeno percibido como una maldición inevitable? Tomen nota: “Para la primera reunión estuvimos dando vueltas por la ciudad con un coche y un altavoz”, relata Miguel Marín, uno de los tres portavoces de la Plataforma.

Marín, que ya tenía experiencia como activista sindical, empezó a conocer el problema de los hogares hipotecados mientras participaba en una asociación que imparte clases de español. “Los últimos en llegar [el municipio ha pasado de 18.000 habitantes en 2004 a los actuales 23.000 principalmente por la inmigración] han sido los primeros en quedarse en paro y en sufrir los embargos, aunque también hay familias españolas”, afirma.

En poco tiempo, el grupo inicial ha conseguido juntar a un núcleo de unas 30 personas que se reúnen semanalmente. Como en otras experiencias similares, el apoyo se concreta en asesoramiento legal -”nadie teníamos experiencia en esto, hemos ido aprendiendo sobre la marcha”-, acompañamiento a las negociaciones con las entidades bancarias, y la fundamental presencia durante los deshaucios.

“Un desahucio se para cuando juntas a mucha gente frente a la casa”, resalta Marín. Antes de la llegada del secretario judicial, decenas de personas se juntan en el bloque para impedir su acceso. “Nos juntamos 100 o 120 con pancartas y carteles. Hasta ahora el secretario siempre se ha echado atrás”, apunta. En apenas 7 meses, estos piquetes vecinales han evitado tres deshaucios sin tener problemas con la policía.

La próxima cita es el lunes. El BBVA quiere deshauciar, por una deuda de 27.000 euros, a un temporero marroquí con dos hijos menores a su cargo. “Esta familia no tiene sitio dónde ir”, se queja Marín, “es una vergüenza que por una deuda tan pequeña el banco no esté dispuesto a negociar una salida mejor para ellos”.

- Los próximos pasos.

Pese al nuevo bloqueo en el Congreso al debate sobre la dación en pago, fórmula que permite a los hogares endeudados saldar su hipoteca con la entrega del piso, Marín es optimista. “Los bancos y cajas ya la están aplicando en algunos casos porque necesitan liquidez”, reflexiona. Pero la lucha no terminará aquí. Con la adecuada asesoría legal, la PAH El Palmar espera poder demostrar que muchas hipotecas se firmaron en condiciones de fraude.

La versión española de las subprime (“se han dado créditos a familias con contratos temporales”) puede dar todavía muchas sorpresas. “En el segundo deshaucio que paramos, la familia nos contó que el banco tuvo que encontrar otro notario que firmara la operación, porque el primero rompió el contrato en pedazos”, rememora Marín. De hecho, son notarías de Albacete y Alicante las que están firmando las escrituras de viviendas vendidas en Murcia. “A mucha gente se le han puesto papeles debajo de las narices para firmar, sin ni siquiera un intérprete que les explicara lo que estaban firmando”.

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