Imperialismo
Afganistán se desangra. El número de civiles fallecidos en la guerra no cesa de ascender. 2010 fue el peor año desde que empezó el conflicto, hace una década: 2.777 personas murieron, un 15% más que en 2009. El informe anual de Naciones Unidas, publicado ayer, aporta estos datos y atribuye a los talibanes y otros grupos insurgentes la responsabilidad del 75% de los asesinatos, la mayoría en atentados con bombas, frente al 16% que causaron los ataques del Ejército afgano y la OTAN.
El documento advierte del aumento de la violencia en el norte del país, que se ha extendido desde las provincias del sur, como Helmand o Kandahar, donde se produjeron la mitad de los asesinatos de civiles. Los secuestros aumentaron en un 83%. En total, solo en los últimos cuatro años, 8.832 personas murieron por la guerra.
Tendencia "alarmante"
Con todo, la tendencia que Naciones Unidas califica de "alarmante" es la de los asesinatos selectivos de civiles que la insurgencia y los talibanes consideran colaboracionistas con el Gobierno o con la OTAN. Se cuentan por centenares: 462, el doble que en 2009. Los talibanes les acusan de ser espías, y no solo se trata de autoridades locales, sino de médicos, maestros, estudiantes u obreros. Los cooperantes también se han convertido en objetivo.
El documento recoge el notable descenso (un 26% menos) de muertos civiles provocados por los aliados y las fuerzas de seguridad afganas, sobre todo en ataques aéreos.
También en 2010 murieron bastantes más niños que el año anterior, un 21% más. A los niños los matan las bombas de los talibanes, con frecuencia en forma de atentado suicida (en un 44% de los casos) y los ataques de la OTAN y el Ejército afgano (en un 29% de las ocasiones). La expansión de la violencia, señala el informe, ha tenido un efecto "devastador" en niños y mujeres.
Los ataques de talibanes e insurgentes provocaron el 78% de los 4.343 heridos en 2010, con bombas o prácticas que "sistemáticamente aterrorizan a la población", dice el informe.
El documento advierte del aumento de la violencia en el norte del país, que se ha extendido desde las provincias del sur, como Helmand o Kandahar, donde se produjeron la mitad de los asesinatos de civiles. Los secuestros aumentaron en un 83%. En total, solo en los últimos cuatro años, 8.832 personas murieron por la guerra.
Tendencia "alarmante"
Con todo, la tendencia que Naciones Unidas califica de "alarmante" es la de los asesinatos selectivos de civiles que la insurgencia y los talibanes consideran colaboracionistas con el Gobierno o con la OTAN. Se cuentan por centenares: 462, el doble que en 2009. Los talibanes les acusan de ser espías, y no solo se trata de autoridades locales, sino de médicos, maestros, estudiantes u obreros. Los cooperantes también se han convertido en objetivo.
El documento recoge el notable descenso (un 26% menos) de muertos civiles provocados por los aliados y las fuerzas de seguridad afganas, sobre todo en ataques aéreos.
También en 2010 murieron bastantes más niños que el año anterior, un 21% más. A los niños los matan las bombas de los talibanes, con frecuencia en forma de atentado suicida (en un 44% de los casos) y los ataques de la OTAN y el Ejército afgano (en un 29% de las ocasiones). La expansión de la violencia, señala el informe, ha tenido un efecto "devastador" en niños y mujeres.
Los ataques de talibanes e insurgentes provocaron el 78% de los 4.343 heridos en 2010, con bombas o prácticas que "sistemáticamente aterrorizan a la población", dice el informe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario